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Perros y sus enfermedades hereditarias

Los perros, igual que los humanos, pueden tener enfermedades genéticas hereditarias, que son adquiridas desde su nacimiento. Hay cientos de patologías hereditarias catalogadas en perros, y su frecuencia en la población varían entre las distintas razas caninas.

Una de las muchas cosas que comparten los perros con los humanos (y con los demás seres pluricelulares) es tener ADN para almacenar su información.

Y otra cosa que comparten con nosotros (y de nuevo con los demás seres pluricelulares) es que ese ADN puede pasarse de padres a hijos con anomalías. Genes con secuencias patogénicas, que no funcionan de forma correcta, o no funcionan, y provocan problemas en el individuo.

Es decir, tienen en común con nosotros que pueden sufrir enfermedades hereditarias.

Las cifras no son nada desdeñables. Se calcula que aproximadamente hay unas 900 enfermedades hereditarias o de predisposición genética en perros. Hay más, esas son las que tenemos catalogadas.

Otra cosa que tienen en común con nosotros es que, entre sus enfermedades, algunas ocurren muy excepcionalmente y otras son vistas por los veterinarios todas las semanas. Bueno, a los humanos no nos ven los veterinarios, pero entendéis la comparativa.

Enfermedades genéticas frecuentes en perros

Entre las enfermedades genéticas hereditarias más comunes podemos citar:

Alergias cutáneas. Se considera que el 10-30% de los perros tienen alguna alergia cutánea, en mayor o menor gravedad. En los Golden y Labrador Retrievers la heredabilidad es responsable del 47% de esa alergia.

Displasia de cadera. Se trata de la enfermedad musculoesquelética hereditaria más frecuente en perros. El 14,6% de los perros que han tenido que realizarse radiografías, independientemente de la causa, presentaban displasia en la cadera. Es habitual en los grandes, no solo por su frecuencia, sino porque los pequeños que tienen esta patología no muestran la misma incomodidad y padecen menos dolor.

Síndrome braquiocefálico (Brachycephalic airway obstructive síndrome en inglés). Este síndrome ocurre en perros braquiocefálicos. ¿Qué esperabais que surgiera? ¿En galgos? Las razas caninas braquiocefálicas son aquellas con un característico hocico corto, como el Bulldog inglés. Su conformación craneofacial anómala provoca una obstrucción de las vías respiratorias. El aire entra en los pulmones como puede, no como quiere.

Luxación de rótula. Si sabes cómo funciona la rótula en cualquier mamífero, sabes cómo funciona en un perro. Este hueso pequeño se encuentra situado en la parte frontal de la rodilla y a veces decide salirse de su hueco, causando innumerables problemas. Pues los genes pueden hacer que esto ocurra más o menos veces. A diferencia de las displasias, esta ocurre más en las razas pequeñas.

Cánceres hereditarios. En la actualidad el cáncer es la principal causa de muerte en perros. Si bien un cáncer no puede heredarse, el animal si puede heredar la predisposición a que a lo largo de su vida se desarrolle esa enfermedad.

Hipotiroidismo. Otra enfermedad que compartimos con ellos. Y la enfermedad hormonal más frecuente en perros, con el 0,2-0,8% de ellos siendo afectados. La sintomatología es similar a la humana: problemas de pelaje, aumento de peso con la misma dieta, mayor agotamiento haciendo ejercicio…

Cataratas. De nuevo, una patología clásica en personas. No hay cura en las cataratas caninas que no sea quirúrgica, con extracción y reemplazo del cristalino. Es una enfermedad normal a medida que el animal envejece, pero el componente genético existe.

No sabemos tanto de sus enfermedades genéticas

Una cosa que los perros no tienen en común con nosotros es el seguimiento y registro de sus enfermedades. No hay hospitales centrales caninos donde se apunte y guarde cada caso que ocurre, por lo que es imposible decir con exactitud la predisposición de cada raza a cada enfermedad.

Puede darse el caso de que haya razas infrecuentes que parezcan mucho más sanas genéticamente que otras. En estos casos, una explicación es que, al ser razas con pocos individuos estudiados, muchas de sus patologías hereditarias no han sido registradas por falta de individuos estudio.

Por eso se sabe tanto de las enfermedades que puede sufrir un Labrador Retriever, pero un Terrier Checo es más misterioso (apunte adicional, es una raza preciosa).

En 2023 se ha realizado el estudio más grande hasta la fecha con perros. El estudio ha mirado 250 enfermedades genéticas en más de un millón de perros, encontrando que, al menos, el 57% de los animales estudiados son portadores de, como mínimo, una copia de una variante patogénica involucrada en una enfermedad hereditaria.

El estudio también comprobó que las variantes más comunes asociadas a enfermedades eran compartidas entre perros de pura raza y perros mestizos.

Importante, aquí hablaban de las variantes más comunes. La frecuencia y predisposición a las enfermedades genéticas en general tiene una, justificada, fama de ser mayor en perros de pura raza que en mestizos. Con matices.

Un estudio de la Universidad de California encontró 10 enfermedades hereditarias que presentaban una mayor frecuencia en perros de raza pura. Por si alguien tiene curiosidad, las enfermedades eran estenosis aórtica, atopia/dermatitis alérgica, dilatación-vólvulo gástrico (GDV de las siglas en inglés), cataratas de inicio temprano, cardiomiopatía dilatada, displasia de codo, epilepsia, hipotiroidismo, enfermedad del disco intervertebral (IVDD) y shunt portosistémico hepático.

¿Por qué con matices? Porque no ocurría este suceso en todos los perros pura raza. La dermatitis alérgica, el hipotiroidismo y la IVDD sí presentaba una mayor prevalencia en la mayoría de los perros puros frente a los mestizos. Mayoría, pero, por ejemplo, los terriers pura raza sufrían menos casos de IVDD que los perros mestizos.

La conclusión es que la prevalencia de las enfermedades genéticas está más ligada a la raza del perro que a la pureza. Lo que no excluye que ser un perro de pura raza en patologías concretas sea un factor de riesgo, frente a un perro que sea de esa raza siendo mestizo.

Y es que muchas de estas patologías genéticas han venido acompañando a los perros desde sus ancestros comunes, algunos de hace miles de años.

Prevención de las enfermedades hereditarias en perros

“¡Oh, no! ¿Y de qué forma sencilla puedo saber rápidamente si mi perro sufre alguna de estas enfermedades hereditarias?”

Te va a sorprender muchísimo viniendo de nosotros, pero el primer método que recomendamos son los tests genéticos para perros en general, y el nuestro en particular. Los síntomas van a depender mucho de la enfermedad.

Un perro que comience a tener displasia de cadera se moverá menos y con dificultad, mientras que uno con alergia cutánea se rascará en exceso y presentará zonas con mayor pérdida de pelo.

Una ventaja de las enfermedades hereditarias es que son hereditarias. Es decir, son enfermedades que se heredan. Conociendo el historial clínico de los antepasados de nuestro perro, podemos saber si hay patologías genéticas que se hayan estado expresando previamente y puedan surgir en nuestra mascota.

Dependiendo de la enfermedad, hay otros métodos para detectarla. Una displasia de cadera se puede confirmar mediante radiografía, mientras que la alergia cutánea puede requerir un análisis de sangre.

Ante la duda, si tenemos la enfermedad en nuestro test, te recomendamos un test genético de Koko.