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Entendiendo el DNI de las razas: pedigrí

El pedigrí es un documento oficial que registra la genealogía de un animal. Certifica la descendencia y pureza de un animal y demuestra su raza. Requiere conocer el pasado del animal o realizarle una prueba genética para comprobar su genealogía.

El pedigrí es como la inflación: la mayoría de las veces que se menciona, en realidad, la gente no tiene claro qué están mencionando.

Su nombre viene del francés pied de grue. Sí, pata de grulla. Se debe a que antiguamente, en la cría de caballos, su valor se determinaba con una marca formada por tres líneas. Esta marca se ponía en los documentos oficiales, representando la genealogía del animal. Esta forma era similar a la huella que dejan las grullas al caminar.

Puede que no sea especialmente avanzado e imaginativo, pero hablamos de un protocolo usado ya en el siglo XV. En aquella época, su objetivo era garantizar que el animal era de raza pura y ayudar en la selección de animales para la crianza.

Casi como ahora, pero con menos concursos de por medio.

En general, el pedigrí es un documento oficial que registra la genealogía de un animal, siendo en nuestro caso particular la de un perro. En los perros certifica la descendencia y pureza de un animal y demuestra su raza. Para que un perro pueda tener este certificado, requiere que haya tres generaciones de antepasados de esa raza y que fueran registrados en su momento.

¿Y cómo sacas el pedigrí de un perro?

Pues su definición da una pista clave. Para conseguir el pedigrí de un animal, es necesario que tenga un registro de genealogía establecido. ¿Y si el animal carece de estos registros o se han perdido?

Hay una alternativa. Se puede mandar a estas asociaciones una muestra de ADN del perro. Si después de analizarla, la genealogía demuestra que el animal cumple las condiciones, la asociación emitiría un certificado de pedigrí. Este último paso es de pago, porque, aunque a todos nos gustan las cosas gratis, no son frecuentes.

Estos precios varían según las condiciones exactas del servicio y del país. En España, el reconocimiento de la raza de un perro cuesta entre 60 y 40 euros. En Estados Unidos, un certificado de pedigrí y participar en un concurso canino puede costar entre 65 y 85 dólares.

Los pedigrís pueden ser emitidos por distintos organismos, aunque es mejor ser prudentes con estas asociaciones. Si la persona realmente quiere un perro de pedigrí, es mejor acoger aquellos animales cuyo pedigrí está avalado por una asociación reconocida y respetada por la Federación Cinológica Internacional (FCI).

Una camada de perros puede ser inscrita directamente con sus pedigrís siempre que ambos progenitores (de la misma raza, claro, porque si no, acabas de tener una camada de mestizos) estén registrados ya previamente como perros de raza pura. De esta manera garantizas que los recién nacidos son de esa raza, sin mezcla.

Dar de alta una camada como animales de pedigrí cuesta menos de 5 euros por individuo. En ese momento se les da también su nombre oficial, que los acompañará en su registro de pedigrís y otros certificados. En estos trámites participan veterinarios, aprovechando para añadir el microchip y rellenando los distintos impresos.

Si bien este proceso no es costoso, sí es largo en términos de tiempo, pudiendo llevar incluso meses. Siempre que la burocracia aparece, convierte cualquier sencillo protocolo en una máquina de consumir tiempo en trivialidades. Es la razón por la que, aunque adoptes un animal de raza pura, si es cachorro, puede que carezca de pedigrí todavía.

Una vez obtenido, el pedigrí no caduca. No necesitas hacer pruebas genéticas periódicas para comprobar que su raza no haya cambiado porque las asociaciones parten de la base de que no es un perro mágico.

Mi perro desciende del mismo Fenrir, ¿para qué sirve el pedigrí?

Este documento que te confirma la raza de tu perro tiene tres utilidades. La primera, las ventajas clínicas y médicas vinculadas a que las razas de perros son distintas entre sí. Saber la raza absoluta de un animal te da una idea de algunos de sus posibles problemas médicos.

Una segunda es para los criadores. Les permite saber con exactitud la procedencia de un animal. Les permite llevar planes de cría concretos, evaluando qué animales deberían cruzar entre sí. De nuevo, aquí hay un importante componente clínico.

Finalmente, para los concursos. Muchos concursos caninos requieren que el perro cumpla ciertas condiciones establecidas, una de ellas la pertenencia demostrada a una raza específica.

La mayoría de los concursos de belleza o de morfología canina exigen el pedigrí del animal como indispensable para poder apuntarse.

Los pedigrís pueden cambiar según la asociación que lo haya elaborado, pero todos tienen una serie de apartados en común. Lo más importante es el árbol genealógico con, al menos, tres generaciones. A partir de ese mínimo, el árbol genealógico puede añadir tantos parientes como quepan en la hoja del pedigrí.

Lo normal es que también incluyan el nombre del animal, fecha de nacimiento, sexo, una serie de rasgos físicos como el color, la raza, número de microchip, su origen (tanto país como criador), nombre del dueño, y el toque final: todos los títulos de campeonatos que haya ganado el animal.

Algunas versiones incluyen, además, los premios ganados por otros parientes del animal en cuestión.

No es necesario que todos los perros de pedigrí hayan ganado premios, pero es necesario ser de pedigrí para ganar ese tipo de premios.

Tantas complicaciones por un libro de familia

Un problema que viene, indirectamente, con el pedigrí, es la búsqueda de mantenerse. Dado que el pedigrí requiere la pureza de la raza y registra la genealogía del animal, hay criadores que para mantenerla cometen actos de dudosa moral. Porque seamos realistas, cruzar parientes cercanos no es algo inteligente desde un punto de vista genético. Esta consanguinidad en la misma raza puede llevar a malformaciones genéticas y el mantenimiento de problemas crónicos en ellos.

Siendo sinceros, en la actualidad cada vez hay menos criadores que sigan estas prácticas. Estos problemas genéticos dañan la salud del animal, con distinta gravedad según la patología. Los profesionales ahora buscan eliminar estos fallos manteniendo la identidad de raza.

Gracias a los avances genéticos, es posible saber qué enfermedades portan los animales y realizar los cruces evitando que las mutaciones negativas sigan propagándose.

Si crees que todo el tema del pedigrí es duro, en caballos es más estricto y rígido.

Nosotros no podemos darte pedigrís, por desgracia. Pero nuestro test de ADN para perros de Koko puede decirte las razas de tu perro, sea puro o no. Al final, es un perro. La mayoría no lo queremos por su raza. Lo queremos porque es un ser de luz en un mundo oscuro.